The doors of the perception

The doors of the perception
"Si las puertas de la percepción se depurasen, todo aparecería a los hombres como realmente es: infinito. Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo hasta ver todas las cosas a través de las estrechas rendijas de su caverna."

lunes, 23 de noviembre de 2009

"The Lords 1969" Escritos que te vuelan la cabeza!

THE LORDS (1969)

Observen los sitios en que adoramos.

Todos vivimos en la ciudad

La ciudad conforma -a menudo físicamente, pero siempre psíquicamente- un círculo. Un Juego.

Un anillo de muerte con el sexo por centro. Conduce a través de los Límites de los Suburbios. En la frontera descubres zonas de vicios sofisticados y aburrimiento, prostitución infantil.
Pero en el sucio anillo que circunda al distrito de los negocios, zona diurna, existen la única vida real de nuestro túmulo, la única vida callejera, la vida nocturna. Especímenes enfermos en hoteles de a dólar, cantinas, bares, casas de préstamo, burlesques y burdeles, en arcadas moribundas que nunca mueren, en calles y calles con cines que jamás cierran sus puertas.

Todos los juegos contienen la idea de la muerte.

Hace falta un gran asesinato para dar vuelta a las rocas que hay en la sombra y extraños gusanos que moran debajo. Las vidas de nuestros alucinados, de nuestros descontentos, quedan así reveladas.

La Cámara, como Dios que todo lo ve, satisface nuestro deseo de omnisciencia. Espiar a otros desde esta altura y ángulo: los transeúntes entran y salen de nuestra lente como extraños.

Poderes del yoga. Volverse invisible o pequeño. Volverse gigante y llegar hasta lo más lejano. Cambiar el curso de la naturaleza. Ubicarse en cualquier lugar del espacio y tiempo. Conjugar a los muertos. Exaltar los sentidos y percibir imágenes inaccesibles, o hechos de otros mundos, en la mente más profunda de uno mismo o las mentes de otros.

Círculos modernos del infierno: Oswald mata al Presidente. Oswald entra a un taxi. Oswald se detiene en la Pensión. Oswald deja el taxi. Oswald mata al oficial Tippiff. Oswald comparte su saco. Oswald es capturado.

Escapó al interior de un cine.

En el seno materno somos peces ciegos.

En el interior del sueño, lo abotonamos alrededor de nuestro cuerpo como si fuera un guante. Libres, ahora, del espacio y el tiempo. Libres para disolvernos en el verano que fluye.

El sueño es un profundo océano en el que nos hundimos cada noche . Por la mañana, despertamos chorreando, boqueando, con ardor en los ojos.

El ojo parece vulgar en el interior de su fea caparazón. Sal al aire libre en todo tu esplendor.

Nada. El aire quema mis ojos. Me los quito y deshago, así, de la quemazón.

"Jugadores" -el niño, el actor y el tahúr. La idea del azar no existe en el mundo del niño y del primitivo. El tahúr se siente también al servicio de un poder extraño. El azar es la supervivencia de la religión en la ciudad moderna, como lo es el teatro y más aun el cine, la religión de la posesión.

¿Qué sacrificio, qué precio deberemos pagar para que la ciudad nazca? Ya no hay "bailarines", los poseídos. La separación del hombre entre actor y espectador es el hecho central de nuestro tiempo. Estamos obsesionados con héroes que viven por nosotros y a los que castigamos. Si todas las radios y televisiones fueran privadas de su fuente de poder, todos los libros y pinturas quemados mañana, todos los shows y cines cerrados, todas las artes de la existencia delegadas en otro...

Nos conformamos con lo "dado" en la búsqueda de la sensación. Hemos sido trasformados, de un cuerpo loco bailando en las colinas a un par de ojos que contempla en la oscuridad.

Un cuarto se desliza por el paisaje, liberando a la mente, visión sorprendente. Una película gris se derrite en los ojos, y corre por las mejillas. Adiós.

La vida moderna es un viaje en auto. Los Pasajeros cambian terriblemente en sus asientos humeantes, o saltan de auto en auto, sujetos a incesantes transformaciones. Existe progreso inevitable en los comienzos ( no hay diferencia en las terminales) mientras atravesamos las ciudades , cuyos desgarrados suburbios presentan el cuadro en movimiento de ventanas, señales, calles, edificios. A menudo otros veleros, mundos cerrados, vacíos, viajan a la par para adelantársenos o quedar definitivamente atrás.

Destruye techos, paredes, observa todos los cuadros a la vez.

Junio 30. En la terraza. Despierta sobresaltado. En ese instante un jet se arrastra sobre su cabeza, desde la base aérea, en silencio. En la playa, los niños intentan saltar sobre su sombra veloz.

El pájaro o insecto que trastabilla en un cuarto y no puede hallar la ventana. Porque no conocen "ventanas".

(Las ventanas trabajan en dos sentidos, los espejos en uno). Uno nunca camina a través de los espejos y no nada a través de las ventanas.

Curar la ceguera con la saliva de una prostituta.

En Roma, las prostitutas eran exhibidas en los techos que daban a las avenidas, para la dudosa higiene de mareas de hombres cuya lujuria potencial ponía en peligro el frágil orden del poder. Se ha dicho que damas patricias, enmascaradas y desnudas, se ofrecían así mismas algunas veces a esos ojos para su propia, privada excitación.

En más o en menos, todos nos vemos afectados por la psicología del Voyeur. No en sentido estrictamente clínico o criminal, pero sí en la manera física y emocional en que nos plantamos frente al mundo. Cada vez que buscamos romper el hechizo de la pasividad, nuestras acciones son crueles y desagradables y generalmente obscenas, como un inválido que ha olvidado la forma en que se camina. El Voyeur, el fisgón, Peeping Tom, es un comediante oscuro. Es repulsivo en su oscuro anonimato, su invasión secreta. Esta desgraciadamente solo. Pero, extrañamente, a través del mismo silencio y ocultamiento puede convertir en socio involuntario a cualquiera que se encuentre dentro de su campo visual. Esta es su amenaza y su poder.

No hay casas de vidrio. Se corren las cortinas y la vida "real" comienza. Algunas actividades son inconcebibles al aire libre. Y estos eventos secretos constituyen el juego del Voyeur. Los busca en su ejército de mil ojos -como la noción infantil de una Deidad que todo lo ve. "¿Todo?", pregunta el niño. Sí, cada cosa", le responden, dejan así al niño a su albur frente a esta intrusión divina.

El Voyeur es un masturbador, el espejo su divisa, la ventana su presa.



THE LORDS (1969)



formando trinidades de ladrones Urge ponerse de acuerdo con lo "exterior", absorbiéndolo, interiorizándonos de él. No saldré, y deberás venir por mí. Hasta mi jardín-útero, donde soy visible. Donde puedo construir un universo en el interior de la calavera, para competir con lo real.

Ella dijo: "Tus ojos son siempre negros". La pupila se abre para atrapar al objeto de la visión.

Podrías disfrutar de la vida a la distancia.

Podrías mirar a las cosas pero no saborearlas. Podrías mirar a la madre sólo con los ojos.

No puedes tocar a estos fantasmas.

Los Films son una colección de imágenes muertas a las que se insemina artificialmente.

Los espectadores cinematográficos son vampiros tranquilos.

El cine es la más totalitaria de las artes. Toda energía y sensación es absorbida por la calavera, una erección cerebral, la calavera abarrotada de sangre. Calígula deseba que todos sus súbditos tuvieran un único cuello, para poder descabezar al reino con un solo golpe. El cine es ese agente transformador. El cuerpo existe sólo para beneficios de los ojos; se convierte en un sostén seco, para sostener a esas dos suaves, insaciables joyas.

El cine confiere una suerte de espuria eternidad.

Cada film depende de todos los demás y te conduce a otros. El cine era una novedad, un juguete científico, hasta que se amasó un cuerpo suficiente de trabajos, suficiente para crear un mundo alterno e intermitente, una poderosa, infinita mitología en la que uno puede sumergirse a voluntad.

La atracción del cine reside en el miedo a la muerte.

El mayor cuerpo de Films ha sido creado por el Oriente moderno. El cine es la nueva forma de una tradición antigua -las sombras chinescas. Aun su teatro es una imitación de esa tradición. Nacido en la India o China, el juego de las sombras estaba vinculado al rito religioso, a las celebraciones que se centraban sobre la cremación de los muertos.

Es incorrecto pensar, como algunos lo han hecho, que el cine pertenece a las mujeres. El cine fue creado por hombres para la consolación de los hombres.

Las sombras chinescas estaban reservadas, originalmente, para un público masculino. Los hombres podían observar el juego onírico de cualquier lado de la pantalla. Cuando se admitió a las mujeres, tiempo más tarde, se les permitió sólo observar a las sombras.

Los genitales masculinos son pequeños rostros

y Cristo
Padres, hijos y fantasmas.

Fantasmagoría, linternas mágicas, espectáculos sin sustancia. Lograban completas experiencias sensoriales a través del ruido, el incienso, la luz, el agua. Llegará un tiempo en el que asistiremos a teatros del Clima para recordar la sensación que derivaba de la lluvia.

El cine se ha desarrollado por dos vías. Una es el espectáculo. Como la Fantasmagoría, su objetivo es crear un mundo sensorial que pueda sustituir el mundo real. El otro es el peep-show, que reclama para sí lo erótico y la observación despojada de la vida real, e imita al agujero de la cerradura o la ventana del Voyeur sin necesitar calor, ruido, espectacularidad.

El cine tiene sus más profundas afinidades no con la pintura, la literatura o el teatro, sino con los pasatiempos populares -la historieta, el ajedrez, los mazos de cartas francesas o de Tarot, las revistas y los tatuajes.

El espectador es un animal moribundo.
A través de la ventriloquia, los gestos, el juego con los objetos y todas las variaciones del cuerpo en el espacio, el shamán describía su "viaje" a una audiencia que, de ese modo, lo compartía con él. Durante el concilio tribal, el shamán era el líder. Un pánico sensual, deliberadamente provocado a través de drogas, cánticos, danza, llevaba al shamán hasta el estado de trance. Una voz distinta, movimiento convulsivo. Actúa como un loco. Estos histéricos profesionales, escogidos precisamente por su inclinación hacia la psicosis, fueron estimados en alguna época. Mediaban entre los hombres y el mundo de los espíritus. Sus viajes mentales constituían el eje de la vida religiosa de la tribu.

Es incorrecto asumir que el arte necesita del espectador para ser. El film sigue su camino sin que haya ojos. El espectador no puede existir si él. Asegura su existencia.

Los multimedia son comedias tristes, invariables. Operan como una suerte de colorida terapia grupal un encuentro doloroso entre actores y espectadores, una semimastubación recíproca. Los artistas parecen necesitar de su audiencia y su audiencia -su audiencia podría encontrar las mismas tímidas titilaciones en un show de freaks o Feria de la Alegría y mejores, más completas diversiones en una casa de gatos mexicana.

El "extranjero" era percibido como la mayor de las amenazas en las antiguas comunidades.

Metamorfosis. Un objeto se ve despojado de su nombre, hábitos, asociaciones. Separado, se convierte simplemente en el objeto, en sí mismo y de sí mismo. Cuando se logra, finalmente, esta desintegración en la pura existencia, el objeto es libre para convertirse en cualquier otra cosa, infinitamente.

Los primeros cineastas, quienes -como los alquimistas- se deleitaban en el deliberado ocultamiento de su arte, lo hacían para que sus habilidades no fueran percibidas por testigos profanos.

Separar, purificar, reunir. La fórmula del Ars Magna y su heredero, el cine.

La cámara es una máquina andrógina, una suerte de hermafrodita mecánico.

Pocos defenderían una mirada hacia la Alquimia como la "Madre de la Química", y confundirían su verdadero objetivo con aquellas artes referidas a los metales externos. La Alquimia es una ciencia erótica, involucrada con aspectos enterrados de la realidad, dispuesta a purificar y trasformar todo ser, toda materia. No sugerir que las operaciones sobre la materia han sido abandonadas alguna vez. El adepto se aferra tanto al mundo místico como al físico.

Los alquimistas detectan en la actividad sexual del hombre una correspondencia con la creación del mundo, con el crecimiento de las plantas y con las formaciones minerales. Cuando ven la unión de lluvia y tierra, la ven en un sentido erótico, como copulación. Y esto se extiende a todos los reinos naturales de la materia. Porque ellos pueden representar romances entre los elementos químicos y las estrellas, romances entre las piedras, a la fertilidad del fuego.

Extrañas, fértiles son las correspondencias que los alquimistas sintieron en los más extraños órdenes de la existencia. Entre los hombres y planetas, plantas y gestos, palabras y clima. Estas conexiones perturbadoras: el llanto de un niño y un cordón de seda; la espiral de una oreja y una aparición de perros en el patio; la cabeza de una mujer vencida por el sueño y la danza matinal de los caníbales; éstas son conjunciones que trascienden la estéril señal de cualquier montaje "voluntario". Estas yuxtaposiciones de objetos, sonidos, acciones, colores, armas, heridas y olores brillan en una forma impensada, imposible.

l film , entonces, no es sino una iluminación de esta cadena del ser que hace que una aguja suspendida sobre la carne nos haga imaginar explosiones en una capital del extranjero.

El cine, heredero de la alquimia, la última de las ciencias eróticas.

Los Señores. Hay hechos que tienen lugar más allá de nuestro conocimiento y control. Hay alguien que vive nuestras vidas por nosotros. Nos queda apenas el intento de esclavizar a otros. Pero gradualmente se van desarrollando percepciones especiales. La idea de lo "Señores" está comenzando a cobrar forma en algunas mentes. Deberíamos anotarlos como bandas de seres perceptivos que remontan laberintos durante sus misteriosas apariciones nocturnas. Los señores tienen entradas secretas, y conocen los disfraces. Pero revelan su condición en pequeños detalles. Demasiado reflejo de luz en el ojo. Un gesto incorrecto. Una mirada demasiado prolongada y demasiado curiosa.

Los Señores nos tranquilizan con imágines. Nos dan libros, conciertos, galerías, shows, cines. Especialmente cines. A través del arte nos confunden y ciegan para hacernos esclavos. El arte decora las paredes de nuestra prisión, nos mantiene en silencio, distraídos, indiferentes.

Vuelve los espejos hacia la pared en la casa de los nuevos muertos......

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